“Miro mi rostro en el espejo. Durante cinco minutos, observo todo lo que me gusta y aprecio de mi cara.”
AHORA….. Veo con más detenimiento, lo que mi cara está tratando de decirme. ¿Estoy enfrentando situaciones con valentía, o me escondo detrás de una máscara? 
¿Mi rostro me cuenta una historia feliz, o, una historia de miedo, presiones y lucha?
Decido, asumirme y enfrentarme a mi mismo y a lo que requiera prestar atención, para liberar ese peso que he cargado por largo tiempo.
En este ejercicio…….. Me dedico a acariciar mi rostro, suave y amorosamente. Utilizo una crema natural, gel, o aceite para masajear. Imagino, cerrando mis ojos, que hay un recipiente para arrojar todas las máscaras falsas que estén cubriendo mi rostro, las elimino y las nombro, les doy las gracias y digo: Gracias ya no te necesito más! Hasta que llego al rostro más hermoso, brillante y genuino de mi ser, y, así me muestro! Tal como soy! Sin máscaras!
Que la Luz acompañe tu camino!!!