Cuando mi actitud en la vida es de FÉ, todo adquiere un espectro de color diferente. Mi vida comienza a transformarse, con esa sensación en el corazón, de seguridad, de luz, de paz, de sentirme protegido, resguardado, cuidado, escuchado. De creer en mi mismo, en la vida, en una energía Creadora de todo lo que es, de creer en el universo, de sentir la certeza que, todo es posible, que todo tiene un sentido, que todo puede ser una bendición, aún en los momentos más difíciles. Si vivo con FÉ, mi vida adquiere PAZ.