Meditando, me conecto con la energía de la madre tierra, sintiendo cómo sube a través de las plantas de mis pies, atravesando cada chakra y abriéndolo como una flor hermosa, llena de color, hasta terminar en mi chakra corona, imaginando como si yo fuese un árbol con fuertes raíces que se arraigan a la madre tierra y con grandes ramas, moviendo la energía por todo mi cuerpo. Y, en el centro de mi corazón, con un gesto de gratitud, agradezco a la madre tierra por proveerme de todas mis necesidades, por la gran acogida que me da, en ésta, mi casa en mi existencia humana. ¡GRACIAS GAIA! ¡GRACIAS MADRE TIERRA! TE RESPETO Y HONRO.