Continuamente, somos duros jueces con nosotr@s mism@s y con los demás, emitiendo juicios constantes desde la mente, desde el ego. Hagamos el siguiente ejercicio: (Se requiere de una libreta y pluma). El día de hoy, lo vivo sin el rol de JUEZ, sin señalamientos, críticas y juicios. Simplemente, me convierto en un expectador activo de mi vida, interactuando con las personas con empatía, con gracia y facilidad. Desde el corazón me expreso y me vivo, asumiendo mi propia responsabilidad, amorosamente, para conmigo y para con los otros. Pongo suma atención en mis palabras y pensamientos que expreso, hacia mi y hacia los demás. Si en algún momento, me percibo cayendo en el rol de JUEZ, escribo el momento, situación y, o persona, con la que fui severo. Ésto me hace, hacer conciencia, con qué frecuencia soy duro conmigo mismo y con las demás personas. Sin reprocharme al darme cuenta, ésto es, para evolucionar mi conciencia. LLegará un día en que no anotarás ningún suceso de JUICIO, y te darás cuenta que, solamente, eres partícipe COCREADOR con el UNIVERSO.
AFIRMACIÓN:
-“Soy libre de juicios, disfruto el escenario de la vida serena y alegremente”.