Cuando reviso mis emociones y lo que ellas me generan, hago conciencia, tomando el control de mi vida. Asumiendo mis emociones y sentimientos en lugar de negarlos, es cuando mantengo mi propio poder, y, cuando tengo la habilidad para cambiar aquello que ya no me es útil.
Si siento ira, resentimiento por alguien, contacto con ese sentimiento y lo acepto para trabajarlo, y ver qué es lo que origina esa emoción o sentimiento, y, entonces sí, pueda soltarlo y nazca el PERDÓN. El perdón me libera, me hace libre! Hoy elijo perdonar. Mantenerme en mi centro.