
Los espejos nos reflejan nuestros sentimientos acerca de nosotros mismos. Nos muestran con claridad las áreas que deben cambiarse si queremos vivir una vida alegre y satisfactoria.
Le pido a la gente que se mire a los ojos y diga algo positivo acerca de sí misma cada vez que pasa frente a un espejo. La forma más positiva de hacer las afirmaciones es mirándote en el espejo y diciéndolas en voz alta. De inmediato te das cuenta de la resistencia y puedes superarla con mayor rapidez. Utilízalo con frecuencia para las afirmaciones y para comprobar dónde te estás resistiendo y dónde eres abierto.
Ahora, mírate al espejo diciéndote a ti mismo: “Estoy dispuesto a cambiar”.
Observa cómo te sientes. Si vacilas, te resistes, o simplemente no quieres cambiar, pregúntate por qué. ¿A qué vieja creencia te aferras? No es el momento de regañarte. Simplemente observa lo que está ocurriendo y cuál es la creencia que sale a la superficie. Ésa es la que te ha estado causando muchos problemas. ¿Reconoces de dónde proviene?
Cuando hacemos nuestras afirmaciones y no las sentimos correctas o parece que nada ocurre, es muy fácil decir: “Bueno, las afirmaciones no funcionan”. No es que las afirmaciones no funcionen; se trata de que necesitamos dar otro paso más antes de comenzar con las afirmaciones.
Fuente: Tú puedes sanar tu vida- Louise L Hay
¡Soy feliz!